Partyplace

Trucos | Consejos | Comentarios

A Que Se Refiere La Fiesta De Pentecostes?

A Que Se Refiere La Fiesta De Pentecostes
Pentecostés | EWTN En la fiesta de Pentecostés, los cristianos conmemoran la venida del Espíritu Santo sobre los Apóstoles, reunidos alrededor de la Madre del Señor (Hechos capítulo 2). La fiesta se celebra el 50 y último día de la temporada de Pascua.

En 2023, Pentecostés cae el 28 de mayo. ¿Cuál es la historia de Pentecostés? Los 11 apóstoles restantes regresaron a Jerusalén después de la Ascensión de Jesús al Cielo. Hechos 1:14 dice: “Todos ellos perseveraban unánimes en la oración, junto con algunas mujeres y con María, la madre de Jesús, y sus hermanos”.

Durante este tiempo, los Apóstoles eligieron un reemplazo para Judas Iscariote. Echaron suertes entre dos hombres, y la suerte cayó sobre Matías. Después de nueve días de oración, el Espíritu Santo descendió sobre los discípulos. Oyeron un sonido como un “viento poderoso”, y “lenguas como de fuego” descansaban sobre sus cabezas.

Al salir, Pedro se dirigió a la multitud que se había reunido. Aunque unas semanas antes había negado a Cristo tres veces, Pedro proclamó valientemente el Evangelio. Ese día, tres mil personas creyeron en Cristo y fueron recibidas en Su Iglesia. ¿Cuál es el significado de Pentecostés en las Escrituras? San Lucas describe la escena del descenso del Espíritu Santo como “el día en que llegó Pentecostés” (Hechos 2: 1).

Este quincuagésimo día (pentekoste) era para Israel una fiesta de la cosecha de primavera que terminaba los días de celebración después de la Pascua. También fue una celebración de la entrega de la Ley en el monte Sinaí. Para el cristiano, sigue siendo el “quincuagésimo día”, pero después de la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús, y la celebración del Don del Espíritu Santo.

El Catecismo de la Iglesia Católica (párrafos 731-732) dice: En el día de Pentecostés, cuando las siete semanas de Pascua habían llegado a su fin, la Pascua de Cristo se cumple en el derramamiento del Espíritu Santo, manifestado, dado y comunicado como una persona divina: de su plenitud, Cristo, el Señor, derrama el Espíritu en abundancia.

Ese día, la Santísima Trinidad se revela completamente. Desde ese día, el Reino anunciado por Cristo está abierto a los que creen en él: en la humildad de la carne y en la fe, ya comparten la comunión de la Santísima Trinidad, “El Espíritu del Señor dentro de ti es tan abrumador que debería ser lo más importante y visible en toda tu vida”.

– Madre Angélica ¿Por qué Pentecostés es importante para los cristianos de hoy? En Juan 14:26, Jesús dijo: ” l Consejero, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él les enseñará todas las cosas y les recordará todo lo que les he dicho”. Por lo tanto, Pentecostés no es solo un evento histórico.

Como cumplimiento de la promesa de Jesús, sigue dando frutos en la Iglesia de hoy, especialmente en los sacramentos del Bautismo y la Confirmación. ¿Quién celebra Pentecostés? Tanto judíos como cristianos celebran esta fiesta – para los judíos es la culminación del Paso de la esclavitud a la libertad en la entrega de la Ley Divina; para los cristianos, el cumplimiento de la Pascua de Cristo del pecado y la muerte en la entrega del Espíritu Divino.

  • Sin embargo, estas fiestas ocurren en diferentes momentos, ya que la Pascua Judía y la Pascua de los Cristianos solo coinciden ocasionalmente.
  • ¿Por qué se conoce a Pentecostés como el cumpleaños de la Iglesia? Cuando el Espíritu Santo descendió sobre los discípulos, inmediatamente comenzaron a proclamar el Evangelio.

De hecho, ese día se bautizaron tres mil personas. Los discípulos, mediante el don del Espíritu Santo, estaban respondiendo al llamado de Jesús de “Id, pues, y haced discípulos de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo” (Mateo 28:19).

  1. El Espíritu Santo es vital en la misión y el testimonio de la Iglesia, por eso consideramos a Pentecostés como el nacimiento de la Iglesia.
  2. Cuán bueno es Dios al darme su Espíritu Santo para suplir lo que necesito para luchar por la santidad”.
  3. Madre Angélica ¿Por qué se llama Pentecostés? La fiesta se celebra el 50 y último día de la temporada de Pascua.

La palabra griega “pentekoste” significa “quincuagésimo”. ¿Por qué a veces se llama Pentecostés Domingo Blanco? Whitesunday, o Domingo Blanco, se refiere a las vestiduras blancas de los cristianos que fueron bautizados recientemente. Esto se usa particularmente en Inglaterra.

¿Cuál fue el origen de Pentecostés en el Antiguo Testamento? En el Antiguo Testamento, Pentecostés era una fiesta de la cosecha para la cosecha del grano. Esto se conoce como la Fiesta de las Semanas o la Fiesta de la Cosecha (Deuteronomio 16: 9-11). Entre los judíos modernos, se llama Shavu`ot, “Pero cuando venga el Espíritu Santo sobre ustedes, recibirán poder y serán mis testigos tanto en Jerusalén como en toda Judea y Samaria, y hasta los confines de la tierra.” Hechos 1:8.

¿Quién es el Espíritu Santo? El Espíritu Santo es la tercera persona de la Santísima Trinidad. Dios el Padre es la Primera Persona y Dios el Hijo (Jesús) es la Segunda Persona de la Santísima Trinidad. Según el Catecismo (párrafo 691): “Espíritu Santo” es el nombre propio de aquel a quien adoramos y glorificamos con el Padre y el Hijo.

  1. La Iglesia ha recibido este nombre del Señor y lo profesa en el bautismo de sus nuevos hijos.
  2. El término “Espíritu” traduce la palabra hebrea ruah, que, en su sentido principal, significa aliento, aire, viento.
  3. Jesús, en efecto, utiliza la imagen sensorial del viento para sugerir a Nicodemo la novedad trascendente de aquel que es personalmente aliento de Dios, el Espíritu divino.

Por otro lado, “Espíritu” y “Santo” son atributos divinos comunes a las tres personas divinas. Al unir los dos términos, Escritura, liturgia y lenguaje teológico designan a la persona inexpresable del Espíritu Santo, sin ningún posible equívoco con otros usos de los términos “espíritu” y “santo”.

  1. Si me amas, guardarás mis mandamientos.
  2. Y rogaré al Padre, y él os dará otro Consejero, para que esté con vosotros para siempre, el Espíritu de verdad, a quien el mundo no puede recibir, porque ni lo ve ni lo conoce; lo conoces, porque él habita contigo y estará en ti “.- Juan 14: 15-17 ¿Qué significa el Espíritu Santo para los cristianos? Romanos 5: 5 dice: “.

el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos ha sido dado”. ¿Qué les enseña el Espíritu Santo a los cristianos? El Catecismo dice: “El conocimiento de la fe sólo es posible en el Espíritu Santo: para estar en contacto con Cristo, primero debemos haber sido tocados por el Espíritu Santo.

Viene a nuestro encuentro y enciende la fe en nosotros” (CIC, 683). “Si la gente escuchara al Espíritu Santo, lo escucharían decir: ‘Dios te ama'” – Papa Francisco ¿Cuáles son los siete dones del Espíritu Santo? Los Siete Dones del Espíritu Santo son sabiduría, entendimiento, conocimiento, consejo, fortaleza, piedad y temor del Señor (cf.

Is.11: 2-4). ¿Cuáles son los frutos del Espíritu Santo? El Compendio del Catecismo de la Iglesia Católica dice: “Los frutos del Espíritu Santo son perfecciones plasmadas en nosotros como primicias de la gloria eterna. La tradición de la Iglesia enumera doce: «caridad, gozo, paz, paciencia, longanimidad, bondad, benignidad, mansedumbre, fidelidad, modestia, continencia y castidad» (Ga 5, 22-23 ).” (Compendio, 390).

  • El Espíritu Santo,
  • Nos lleva a las alturas de Dios, para que ya podamos experimentar en esta tierra la semilla de la vida divina que existe dentro de nosotros”.
  • Papa Benedicto XVI ¿Cuál es el papel del Espíritu Santo en Pentecostés? Aunque el Espíritu Santo ha estado obrando desde el principio formando la creación (Génesis 1: 1), a través de la venida del Espíritu Santo sobre la Iglesia, Él forma una nueva creación en Cristo.

Como dice el Catecismo, “El Espíritu Santo, que Cristo la Cabeza derrama sobre sus miembros, edifica, anima y santifica la Iglesia,” (CCC 747) ¿Cuáles fueron las dos señales del Espíritu Santo en Pentecostés? Las dos señales eran el “sonido, del cielo como el de un viento impetuoso” (Hechos 2: 2) y “lenguas como de fuego” sobre las cabezas de los discípulos (Hechos 2: 3).

¿Qué nos dice la Biblia sobre la fiesta de Pentecostés?

1 Y cuando llegó el día de a Pentecostés, estaban todos juntos en un lugar; 2 y de repente, vino del cielo un estruendo como de un a viento recio que soplaba, el cual llenó toda la casa donde estaban sentados; 3 y se les aparecieron lenguas repartidas, como de fuego, que se asentaron sobre cada uno de ellos.4 Y todos fueron llenos del a Espíritu Santo y comenzaron a hablar en otras b lenguas, según el c Espíritu les daba que hablasen.5 Moraban entonces en Jerusalén judíos, varones piadosos, de todas las naciones bajo el cielo.6 Y hecho este estruendo, se juntó la multitud; y estaban confusos, porque cada uno los oía hablar en su propia a lengua,7 Y estaban atónitos y maravillados, diciendo: He aquí, ¿no son galileos todos estos que hablan? 8 ¿Cómo, pues, los oímos nosotros hablar cada uno en nuestra lengua en la que hemos nacido? 9 Partos, y medos, y elamitas y los que habitamos en Mesopotamia, en Judea y en Capadocia, en el Ponto y en Asia, 10 en Frigia y en Panfilia, en Egipto y en las regiones de Libia que están cerca de Cirene, y visitantes romanos, tanto judíos como prosélitos, 11 cretenses y árabes, los oímos hablar en nuestras a lenguas las maravillas de Dios.12 Y estaban todos atónitos y perplejos, diciéndose los unos a los otros: ¿Qué quiere decir esto? 13 Pero otros, burlándose, decían: Están borrachos.14 Entonces Pedro, poniéndose de pie con los once, alzó la voz y les habló, diciendo: Varones judíos y todos los que habitáis en Jerusalén, esto os sea notorio, y oíd mis palabras.15 Porque estos no están borrachos, como vosotros suponéis, ya que es la hora tercera del día; 16 sino que esto es lo que fue dicho por el profeta a Joel : 17 Y acontecerá en los a postreros días, dice Dios, que derramaré de mi b Espíritu sobre toda carne, y vuestros hijos y vuestras hijas profetizarán; y vuestros jóvenes verán visiones, y vuestros ancianos soñarán sueños; 18 y de cierto sobre mis siervos y sobre mis siervas en aquellos días derramaré de mi Espíritu, y profetizarán.19 Y daré a prodigios arriba en el cielo y señales abajo en la tierra, sangre y fuego y vapor de humo; 20 el a sol se convertirá en tinieblas y la luna en sangre, antes que venga el b día del Señor, grande y glorioso; 21 y todo aquel que invocare el nombre del Señor será salvo.22 Varones israelitas, oíd estas palabras: Jesús de Nazaret, varón a aprobado por Dios entre vosotros con b maravillas, y prodigios y señales que c Dios hizo entre vosotros por medio de él, como también vosotros sabéis; 23 a este, entregado por el determinado consejo y a presciencia de Dios, prendisteis y matasteis por manos de los inicuos, b crucificándole ; 24 a quien Dios a levantó, sueltos los dolores de la muerte, por cuanto era imposible que fuese retenido por ella.25 Porque David dice de él: Veía al a Señor siempre delante de mí; porque está a mi diestra, no seré conmovido.26 Por lo cual mi corazón se alegró, y se gozó mi lengua; y aun mi carne descansará en esperanza, 27 porque no dejarás mi alma a en el Hades, ni permitirás que tu Santo vea corrupción.28 Me hiciste conocer los caminos de la vida; me llenarás de gozo con tu presencia.29 Varones hermanos, se os puede decir libremente del a patriarca David, que murió, y fue sepultado, y su sepulcro está con nosotros hasta el día de hoy.30 Pero siendo profeta y sabiendo que con a juramento Dios le había jurado que del fruto de sus lomos, en cuanto a la carne, levantaría al Cristo que se sentaría sobre su trono, 31 viéndolo antes, habló de la resurrección de Cristo, que su alma no fue dejada en el Hades, ni su carne vio corrupción.32 A este Jesús a resucitó Dios, de lo cual todos nosotros somos b testigos,33 Así que, a exaltado a la b diestra de Dios y habiendo recibido del Padre la promesa del Espíritu Santo, ha derramado esto que vosotros veis y oís.34 Porque a David no subió a los cielos, pero él mismo dice: Dijo el Señor a mi Señor: Siéntate a mi diestra, 35 hasta que ponga a tus enemigos por estrado de tus pies.36 Sepa, pues, ciertísimamente toda la casa de Israel, que a este Jesús a quien vosotros a crucificasteis, Dios le ha hecho b Señor y Cristo.37 Entonces al oír esto, a se compungieron de b corazón y dijeron a Pedro y a los otros apóstoles: Varones hermanos, ¿ c qué haremos? 38 Y Pedro a les dijo: b Arrepentíos y c bautícese cada uno de vosotros en el d nombre de Jesucristo para e perdón de los pecados, y recibiréis el f don del g Espíritu Santo,39 Porque para vosotros es la a promesa, y para vuestros hijos y para todos los que están lejos; para cuantos el Señor nuestro Dios llamare.40 Y con otras muchas palabras testificaba y los exhortaba, diciendo: Sed salvos de esta perversa generación.41 Así que, los que a recibieron su palabra fueron bautizados; y fueron añadidas a ellos aquel día como tres mil personas.42 Y a perseveraban en la doctrina de los apóstoles, y en la b hermandad, y en el partimiento del c pan y en las oraciones.43 Y a toda persona le sobrevino a temor, y muchas maravillas y b señales eran hechas por los apóstoles.44 Y todos los que habían creído estaban juntos y tenían en a común todas las cosas; 45 y vendían sus posesiones y sus bienes, y lo repartían a todos, según la a necesidad de cada uno.46 Y perseveraban unánimes cada día en el templo y, partiendo el pan en las casas, comían juntos con alegría y con sencillez de corazón, 47 alabando a Dios y teniendo favor con todo el pueblo.

¿Qué es la fiesta de Pentecostés y en qué libro de la Biblia lo narra?

Pentecostés en la Biblia – La celebración del Pentecostés es referida en la Biblia por primera vez en Hechos de los Apóstoles. El episodio narra el momento en que los apóstoles de Jesucristo recibían los dones del Espíritu Santo, después de la subida de Jesús al cielo.

Al cumplirse el día de Pentecostés, estaban todos juntos en el mismo lugar.2 De repente, se produjo desde el cielo un estruendo, como de viento que soplaba fuertemente, y llenó toda la casa donde se encontraban sentados.3 Vieron aparecer unas lenguas, como llamaradas, que se dividían, posándose encima de cada uno de ellos.4 Se llenaron todos de Espíritu Santo y empezaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les concedía manifestarse.

See also:  Es Posible Divertirse En Fiestas Sin Alcohol?

Hechos de los Apóstoles, 2: 1-4. Vea también,

¿Qué significa la fiesta del Pentecostés para los judíos?

En el caso de la religión judía, Pentecostés también recibe el nombre de Shavuot y tiene un significado religioso y otro vinculado con la naturaleza y el mundo de la agricultura : es una fecha que se celebra en la época del año en la que antiguamente se recogían los frutos.

¿Cómo explicar a los niños qué es Pentecostés?

En esta fecha se celebra el descenso del Espíritu Santo y el inicio de la actividad de la Iglesia, por ello también se le conoce como la ‘celebración del Espíritu Santo’. Es un día variable en el calendario, en fecha diferente cada año.

¿Qué promesa se cumple durante el día de Pentecostés?

Un nuevo Pentecostés: Carismas – Universidad Católica de la Santísima Concepción En Pentecostés el Espíritu Santo se manifiesta a los apóstoles. Es el Espíritu que Jesús había prometido que enviaría del seno del Padre: “Y yo pediré al Padre y os dará otro Paráclito, para que esté con vosotros para siempre” (Jn 14,16).

La promesa de Jesús “yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo” (Mt 28,20) se cumple en su Espíritu. El Espíritu que se manifiesta en Pentecostés con dones extraordinarios es el mismo Espíritu que se ha revelado en toda la historia de la salvación: desde la creación hasta nuestros días.

El Espíritu se manifiesta en el Antiguo Testamento, pero es en Cristo cuando él se muestra en plenitud. El libro de los Hechos de los Apóstoles manifiesta el asombro de los que presenciaron el acontecimiento de Pentecostés: “La gente se congregó y se llenó de estupor al oírles hablar cada uno en su propia lengua.

Estupefactos y admirados”, De esta forma, el Espíritu se manifiesta como el cumplimiento de la profecía: “Derramaré mi Espíritu sobre toda carne, y profetizarán vuestros hijos y vuestras hijas; vuestros jóvenes verán visiones y vuestros ancianos soñarán sueños. Y yo sobre mis siervos y sobre mis siervas derramaré mi Espíritu” (Jl 3,1-5).

Desde sus inicios, la Iglesia contempla en ella el cumplimiento de esta promesa. El Espíritu Santo es el don de Dios para la Iglesia (Hch 2,38). Así, el Espíritu está al servicio de la institución surgida de Cristo, es Él quien la anima, de la misma manera que el alma anima el cuerpo o el agua al manantial (Y.

Congar). El don del Espíritu es la entrega amorosa del Padre y del Hijo. Es hablar de la gracia, el amor, la comunión, donación y entrega que Pablo desea para a los Corintios (2 Co 13, 13) y que Dios entrega como don gratuito para nuestra salvación. El don del Espíritu Santo tiene, como todo regalo, a alguien que dona y un destinatario de esta donación.

El primero es la Trinidad, el segundo, es todo hombre. ¿Y qué es lo que se dona? La gracia, que es la presencia personal de la tercera persona de la Trinidad, que es el mismo Espíritu del Padre y del Hijo, es decir, el Espíritu Santo. Desde los comienzos de la vida de la Iglesia, junto con el don, aparecen los dones y los carismas.

Los dones son disposiciones permanentes que hacen al hombre dócil para seguir los impulsos del Espíritu Santo (CEC 1830). Carisma, según la RAE, significa en sí un ” don gratuito que Dios concede a algunas personas en beneficio de la comunidad”, Mientras que el don es una ayuda para la santificación personal, los carismas son gracias que uno recibe con vistas a la edificación de la Iglesia, para el bien de la comunidad y la construcción del Cuerpo Místico.

No están ligados al mérito personal: el Espíritu Santo los distribuye a quien quiere (1 Co 12, 11), para el provecho de la comunidad y no dependen necesariamente de las cualidades del sujeto. En algunos casos suelen ser pasajeros, pero algunos constituyen una cualidad más o menos estable del sujeto (apóstol, profeta, doctor, evangelista, exhortador, palabra de sabiduría, palabra de ciencia, discernimiento de espíritus, sanación, milagros, lenguas).

Muchos hombres los consideran como cosas extraordinarias. Incluso en los últimos siglos la infinidad de estructuras en la Iglesia impedían que se manifestaran en todo su esplendor. Al convocar el Concilio Vaticano II, Juan XXIII pedía oraciones para lo que él llamó “un nuevo Pentecostés” en la Iglesia.

Ha sido Vaticano II, el que abrió ese espacio para que se manifestara con fuerza el Espíritu a través de sus carismas. Los documentos del Concilio hablan de “los carismas” los cuales pertenecen a la naturaleza de la vida ordinaria de la Iglesia, no son cosas extraordinarias, ellos nunca han estado ausentes desde el día de Pentecostés en la Iglesia, ellos pertenecen a la Iglesia.

Los carismas de la vida religiosa, de la Hospitalidad, los relacionados al gobierno de la comunidad, para evangelizar, para anunciar la buena nueva de Jesús muerto y Resucitado, etc. Desde esta perspectiva, Pablo VI habla de “un perenne Pentecostés”, es decir, de todos los días. En la eclesiología católica, tenemos una visión de Pentecostés que puede y sucede cada día.

La proximidad de la fiesta Pentecostés es el contexto ideal para recordar y repetir constantemente que Pentecostés no es una gracia reservada a algunos, sino que ella es para toda la Iglesia. : Un nuevo Pentecostés: Carismas – Universidad Católica de la Santísima Concepción

¿Cómo se celebra en Pentecostés?

Es un acto litúrgico que se lleva a cabo en la noche, por parte de creyentes que vigilan y reflexionan en oración, en grupo o comunidad. Se comparten oraciones, cánticos, la lectura de la Sagrada Escritura, testimonios, experiencias y vivencias en la celebración de la Eucaristía.

¿Cómo se manifiesta Pentecostés en nuestras vidas?

Historia La palabra Pentecostés viene del griego y significa el día quincuagésimo. A los 50 días de la Pascua, los judíos celebraban la fiesta de las siete semanas (Ex 34,22), esta fiesta en un principio fue agrícola, pero se convirtió después en recuerdo de la Alianza del Sinaí.

Al principio los cristianos no celebraban esta fiesta. Las primeras alusiones a su celebración se encuentran en escritos de San Irineo, Tertuliano y Orígenes, a fin del siglo II y principio del III. Ya en el siglo IV hay testimonios de que en las grandes Iglesias de Constantinopla, Roma y Milán, así como en la Península Ibérica, se festejaba el último día de la cincuentena pascual.

Con el tiempo se le fue dando mayor importancia a este día, teniendo presente el acontecimiento histórico de la venida del Espíritu Santo sobre María y los Apóstoles (Cf. Hch 2). Gradualmente, se fue formando una fiesta, para la que se preparaban con ayuno y una vigilia solemne, algo parecido a la Pascua. Significado Los cincuenta días pascuales y las fiestas de la Ascensión y Pentecostés, forman una unidad. No son fiestas aisladas de acontecimientos ocurridos en el tiempo, son parte de un solo y único misterio. Pentecostés es fiesta pascual y fiesta del Espíritu Santo.

La Iglesia sabe que nace en la Resurrección de Cristo, pero se confirma con la venida del Espíritu Santo. Es hasta entonces, que los Apóstoles acaban de comprender para qué fueron convocados por Jesús; para qué fueron preparados durante esos tres años de convivencia íntima con Él. La Fiesta de Pentecostés es como el «aniversario» de la Iglesia.

El Espíritu Santo desciende sobre aquella comunidad naciente y temerosa, infundiendo sobre ella sus siete dones, dándoles el valor necesario para anunciar la Buena Nueva de Jesús; para preservarlos en la verdad, como Jesús lo había prometido (Jn 14.15); para disponerlos a ser sus testigos; para ir, bautizar y enseñar a todas las naciones.

Es el mismo Espíritu Santo que, desde hace dos mil años hasta ahora, sigue descendiendo sobre quienes creemos que Cristo vino, murió y resucitó por nosotros; sobre quienes sabemos que somos parte y continuación de aquella pequeña comunidad ahora extendida por tantos lugares; sobre quienes sabemos que somos responsables de seguir extendiendo su Reino de Amor, Justicia, Verdad y Paz entre los hombres.

¿Quién es el Espíritu Santo? «Nadie puede decir: ¡Jesús es el Señor! sino por influjo del Espíritu Santo» (1Co 12,3) Muchas veces hemos escuchado hablar de Él; muchas veces quizá también lo hemos mencionado y lo hemos invocado. Piensa cuántas veces has sentido su acción sobre ti: cuando sin saber cómo, soportas y superas una situación, una relación personal difícil y sales adelante, te reconcilias, toleras, aceptas, perdonas, amas y hasta haces algo por el otro. El Espíritu Santo ha actuado durante toda la historia del hombre. En la Biblia se menciona desde el principio, aunque de manera velada. Y es Jesús quien lo presenta oficialmente: «SI ustedes me aman, guardarán mis mandamientos, y yo rogaré al Padre y les dará otro Defensor que permanecerá siempre con ustedes.

Este es el Espíritu de Verdad. En adelante el Espíritu Santo Defensor, que el Padre les enviará en mi nombre, les va a enseñar todas las cosas y les va a recordar todas mis palabras. En verdad, les conviene que yo me vaya, porque si no me voy, el Defensor no vendrá a ustedes. Pero si me voy se lo mandaré.

Cuando él venga, rebatirá las mentiras del mundo. Tengo muchas cosas más que decirles, pero ustedes no pueden entenderlas ahora. Pero cuando Él venga, el Espíritu de la Verdad, los introducirá en la verdad total». Estos son fragmentos del Evangelio de San Juan, capítulos 14, 15 y 16.

  • Si quieres saber más sobre las últimas promesas y más profundas revelaciones de Jesús, lee con atención y mucha fe, esta parte del evangelio.
  • Desde que éramos niños, en el catecismo aprendimos que «el Espíritu Santo es la Tercera Persona de la Santísima Trinidad».
  • Es esta la más profunda de las verdades de fe: habiendo un solo Dios, existen en Él tres personas distintas, Padre, Hijo y Espíritu Santo.

Verdad que Jesús nos ha revelado en su Evangelio. El Espíritu Santo coopera con el Padre y el Hijo desde el comienzo de la historia hasta su consumación, pero es en los últimos tiempos, inaugurados con la Encarnación, cuando el Espíritu se revela y nos es dado, cuando es reconocido y acogido como persona.

  1. Jesús nos lo presenta y se refiere a Él no como una potencia impersonal, sino como una Persona diferente, con un obrar propio y un carácter personal,
  2. Formas de llamar al Espíritu Santo «Espíritu Santo» es el nombre propio de la Tercera Persona de la Santísima Trinidad, a quien también adoramos y glorificamos, junto con el Padre y el Hijo.

Pero Jesús lo nombra de diferentes maneras: EL PARÁCLITO: Palabra del griego «parakletos», que literalmente significa «aquel que es invocado», es por tanto el abogado, el mediador, el defensor, el consolador. Jesús nos presenta al Espíritu Santo diciendo: «El Padre os dará otro Paráclito» (Jn 14,16).

El abogado defensor es aquel que, poniéndose de parte de los que son culpables debido a sus pecados, los defiende del castigo merecido, los salva del peligro de perder la vida y la salvación eterna. Esto es lo que ha realizado Cristo, y el Espíritu Santo es llamado «otro paráclito» porque continúa haciendo operante la redención con la que Cristo nos ha librado del pecado y de la muerte eterna.

EL ESPÍRITU DE LA VERDAD: Jesús afirma de sí mismo: «Yo soy el camino, la verdad y la vida» (Jn 14,6). Y al prometer al Espíritu Santo en aquel «discurso de despedida» con sus apóstoles en la Última Cena, dice que será quien después de su partida, mantendrá entre los discípulos la misma verdad que Él ha anunciado y revelado. Cada vez que rezamos el Credo, llamamos al Espíritu Santo: SEÑOR Y DADOR DE VIDA: El término hebreo utilizado por el Antiguo Testamento para designar al Espíritu es «ruah», este término se utiliza también para hablar de «soplo», «aliento», «respiración».

  • El soplo de Dios aparece en el Génesis, como la fuerza que hace vivir a las criaturas, como una realidad íntima de Dios, que obra en la intimidad del hombre.
  • Desde el Antiguo Testamento se puede vislumbrar la preparación a la revelación del misterio de la Santísima Trinidad: Dios Padre es principio de la Creación; que la realiza por medio de su Palabra, su Hijo; y mediante el Soplo de Vida, el Espíritu Santo.

La existencia de las criaturas depende de la acción del soplo – espíritu de Dios, que no solo crea, sino que también conserva y renueva continuamente la faz de la tierra. (Cf. Sal 103/104; Is 63, 17; Gal 6,15; Ez 37, 1-14). Es Señor y Dador de Vida porque será autor también de la resurrección de nuestros cuerpos: «Si el Espíritu de Aquel que resucitó a Jesús de entre los muertos habita en ustedes, Aquel que resucitó a Cristo de entre los muertos dará también la vida a sus cuerpos mortales por su Espíritu que habita en ustedes» (Rom 8,11).

La Iglesia también reconoce al Espíritu Santo como: SANTIFICADOR: El Espíritu Santo es fuerza que santifica porque Él mismo es «espíritu de santidad». (Cf. Is.63, 10-11) En el Bautismo se nos da el Espíritu Santo como «don» o regalo, con su presencia santificadora. Desde ese momento el corazón del bautizado se convierte en Templo del Espíritu Santo, y si Dios Santo habita en el hombre, éste queda consagrado y santificado.

El hecho de que el Espíritu Santo habite en el hombre, alma y cuerpo, da una dignidad superior a la persona humana que adquiere una relación particular con Dios, y da nuevo valor a las relaciones interpersonales. (Cf.1Cor 6,19), Los símbolos del Espíritu Santo Al Espíritu Santo se le representa de diferentes formas: • El Agua: El simbolismo del agua es significativo de la acción del Espíritu Santo en el Bautismo, ya que el agua se convierte en el signo sacramental del nuevo nacimiento.

  • La Unción: Simboliza la fuerza.
  • La unción con el óleo es sinónima del Espíritu Santo.
  • En el sacramento de la Confirmación se unge al confirmado para prepararlo a ser testigo de Cristo.
  • El Fuego: Simboliza la energía transformadora de los actos del Espíritu.
  • La Nube y la Luz: Símbolos inseparables en las manifestaciones del Espíritu Santo.
See also:  Es Recomendable Hacer Fiesta De 1 Año?

Así desciende sobre la Virgen María para «cubrirla con su sombra». En el Monte Tabor, en la Transfiguración, el día de la Ascensión; aparece una sombra y una nube. • El Sello: Es un símbolo cercano al de la unción. Indica el carácter indeleble de la unción del Espíritu en los sacramentos y hablan de la consagración del cristiano. El Espíritu Santo y la Iglesia La Iglesia nacida con la Resurrección de Cristo, se manifiesta al mundo por el Espíritu Santo el día de Pentecostés. Por eso aquel hecho de que «se pusieron a hablar en idiomas distintos», (Hch 2,4) para que todo el mundo conozca y entienda la Verdad anunciada por Cristo en su Evangelio.

  1. La Iglesia no es una sociedad como cualquiera; no nace porque los apóstoles hayan sido afines; ni porque hayan convivido juntos por tres años; ni siquiera por su deseo de continuar la obra de Jesús.
  2. Lo que hace y constituye como Iglesia a todos aquellos que «estaban juntos en el mismo lugar» (Hch 2,1), es que «todos quedaron llenos del Espíritu Santo» (Hch 2,4).

Una semana antes, Jesús se había «ido al Cielo», y todos los que creemos en Él esperamos su segunda y definitiva venida, mientras tanto, es el Espíritu Santo quien da vida a la Iglesia, quien la guía y la conduce hacia la verdad completa. Todo lo que la Iglesia anuncia, testimonia y celebra es siempre gracias al Espíritu Santo.

Son dos mil años de trabajo apostólico, con tropiezos y logros; aciertos y errores, toda una historia de lucha por hacer presente el Reino de Dios entre los hombres, que no terminará hasta el fin del mundo, pues Jesús antes de partir nos lo prometió: «yo estaré con ustedes, todos los días hasta el fin del mundo» (Mt.28,20) El Espíritu Santo y la vida cristiana A partir del Bautismo, el Espíritu divino habita en el cristiano como en su templo (Cf.

Rom 8,9.11; 1Cor 3,16; Rom 8,9). Gracias a la fuerza del Espíritu que habita en nosotros, el Padre y el Hijo vienen también a habitar en cada uno de nosotros. El don del Espíritu Santo es el que: • nos eleva y asimila a Dios en nuestro ser y en nuestro obrar; • nos permite conocerlo y amarlo; • hace que nos abramos a las divinas personas y que se queden en nosotros.

  1. La vida del cristiano es una existencia espiritual, una vida animada y guiada por el Espíritu hacia la santidad o perfección de la caridad.
  2. Gracias al Espíritu Santo y guiado por Él, el cristiano tiene la fuerza necesaria para luchar contra todo lo que se opone a la voluntad de Dios. (Cf.
  3. Gal 5,13-18; Rom 8,5-17).

Para que el cristiano pueda luchar, el Espíritu Santo le regala sus siete dones, que son disposiciones permanentes que hacen al hombre dócil para seguir los impulsos del Espíritu, estos dones son: o ð Sabiduría: nos comunica el gusto por las cosas de Dios.

o ð Ciencia: nos enseña a darle a las cosas terrenas su verdadero valor. o ð Consejo: nos ayuda a resolver con criterios cristianos los conflictos de la vida. o ð Piedad: nos enseña a relacionarnos con Dios como nuestro Padre y con nuestros hermanos. o ð Temor de Dios: nos impulsa a apartarnos de cualquier cosa que pueda ofender a Dios.

o ð Entendimiento: nos da un conocimiento más profundo de las verdades de la fe. o ð Fortaleza: despierta en nosotros la audacia que nos impulsa al apostolado y nos ayuda a superar el miedo de defender los derechos de Dios y de los demás. Experiencias del Espíritu Santo en la vida concreta • Cuando se da una esperanza total que prevalece sobre todas las demás esperanzas particulares, que abarca con su suavidad y con su silenciosa promesa todos los cimientos y todas las caídas; • Cuando se acepta y se lleva libremente una responsabilidad donde no se tienen claras perspectivas de éxito y de utilidad; • Cuando se da como buena la suma de todas las cuentas de la vida que uno mismo no puede calcular pero que Otro ha dado por buenas, aunque no se puedan probar; • Cuando la experiencia fragmentada del amor, la belleza y la alegría se viven sencillamente y se captan como promesa del amor, la belleza y la alegría, sin dudar a un escepticismo cínico como consuelo barato del último desconsuelo; • Cuando el vivir diario, amargo, decepcionante y aniquilador se vive con serenidad y perseverancia hasta el final, aceptado por una fuerza cuyo origen no podemos abarcar ni dominar; • Cuando se corre el riesgo de orar en medio de tinieblas silenciosas sabiendo que siempre somos escuchados, aunque no percibamos una respuesta que se pueda razonar y disputar; • Cuando uno se entrega sin condiciones y esta capitulación se vive como una victoria; • Cuando se experimenta la desesperación, y misteriosamente se siente uno consolado sin consuelo fácil: Allí está Dios y su gracia liberadora, allí conocemos a quien nosotros, cristianos, llamamos Espíritu Santo de Dios».

  1. Oraciones al Espíritu Santo El hombre prudente, sabe que necesita luz en su inteligencia y fuerza en su voluntad para pensar y hacer lo que Dios quiere.
  2. Esa luz y esa fuerza solamente vienen de lo alto; es el Espíritu Santo quien provee al cristiano de todo lo que necesita para su caminar en la vida.

Por eso, todos los días nos conviene invocarlo. Ven, Espíritu divino, manda tu luz desde el cielo. Padre amoroso del pobre; don, en tus dones espléndido, luz que penetras las almas, fuente de mayor consuelo. Ven, dulce huésped del alma, descanso de nuestro esfuerzo; tregua en el duro trabajo, brisa en las horas de fuego; gozo que enjuga las lágrimas y reconforta en los duelos.

Entra hasta el fondo del alma, Divina Luz, y enriquécenos. Mira el vacío del hombre si tu le faltas por dentro, mira el poder del pecado cuando no envías tu aliento. Riega la tierra en sequía, sana el corazón enfermo, lava las manchas, infunde calor de vida en el hielo. Doma el espíritu indómito, guía al que tuerce el sendero.

Reparte tus siete dones según la fe de tus siervos. Por tu bondad y tu gracia, dale al esfuerzo su mérito; salva al que busca salvarse y danos tu gozo eterno. AMÉN. Ven, Espíritu Santo, llena los corazones de tus fieles y enciende en ellos el fuego de tu amor.

  • Envía Señor, tu Espíritu y todo será creado y se renovará la faz de la tierra.
  • ¡Oh, Dios, que has instruido los corazones de tus fieles con la luz de tu Espíritu Santo!, concédenos que sintamos rectamente con el mismo Espíritu y gocemos siempre de su divino consuelo.
  • Por Jesucristo, Nuestro Señor. AMÉN.

SACADO DE LA PÁGINA WEB : http://www.rosario.org.mx/liturgia/a_liturgico/pente.htm

¿Cuándo se recibe el don del Espíritu Santo?

Pasajes adicionales de las Escrituras –

1 Corintios 3:16–17 ; D. y C.130:22–23 (el Espíritu Santo mora con los fieles). Hechos 19:1–7 (el don del Espíritu Santo se otorgó en la antigüedad). Moroni 8:25–26 (cómo recibir al Espíritu Santo). Moroni 10:5 (el Espíritu Santo es un testigo de la verdad). Mosíah 5:2 (el Espíritu Santo cambia el corazón de la gente). Alma 5:54 (el Espíritu Santo santifica).

¿Qué pasó cuando los discípulos se reunieron a orar en el Pentecostés?

Introducción – Los discípulos fueron llenos del Espíritu Santo en el día de Pentecostés y fueron bendecidos con el don de lenguas al predicar el Evangelio. Pedro proclamó que Jesús es “Señor y Cristo” ( Hechos 2:36 ) e invitó al pueblo a arrepentirse, bautizarse y recibir el don del Espíritu Santo. Unas 3.000 personas se convirtieron y se bautizaron ese día y siguieron fieles en la Iglesia.

¿Quién fue el fundador de la Iglesia Pentecostal?

La experiencia religiosa pentecostal | Nueva Sociedad Cuando el 31 de octubre de 1517 el monje alemán Martín Lutero colgó, para que todos las vieran, sus 95 tesis en la puerta de la catedral de Wittenberg, estaba dando origen a una serie de movimientos religiosos e iglesias que cambiarían profundamente el mundo (según los razonamientos de Max Weber en La ética protestante y el espíritu del capitalismo ).

  • En este documento, el monje criticaba duramente la costumbre católica de vender indulgencias y rechazaba así la idea de que la salvación del infierno fuera posible mediante los aportes económicos realizados a la Iglesia.
  • Para Lutero, el perdón era una gracia que solo Dios podía otorgar, y ni la caridad, ni los buenos actos, ni las promesas de los obispos garantizaban la salvación.

Lo único que los fieles podían hacer era aceptar a Jesús como el Salvador, confiar en su gracia e intentar vivir santamente en busca de la aprobación divina. Lutero, además, desestimaba la infalibilidad papal y reconocía como única fuente de autoridad religiosa a la Biblia –y la interpretación personal que, bajo inspiración del Espíritu Santo, cada creyente realizaba de ella–.

  • Por estas ideas fue excomulgado en 1521, luego de la Dieta de Worms.
  • Su pensamiento, al expandirse con algunas variantes por distintos países, dio origen a la llamada Reforma protestante.
  • Mientras el catolicismo asentaba su fe en la Iglesia, y en su cabeza, el papa, los grupos disidentes que surgieron a partir de Lutero afirmaron su credo en los Evangelios –motivo por el cual pronto se los conocería como evangélicos –,

La autoridad que estos grupos conferían a cada creyente en la interpretación autónoma de la Biblia dio lugar a un continuo proceso de creación, institucionalización y disidencia religiosa que prosigue hasta el día de hoy y que ayuda a la expansión de este credo religioso por el mundo entero.

El Segundo Despertar Durante la segunda mitad del siglo xix, Estados Unidos vivió una ola de resurgimiento religioso conocida como el Segundo Despertar, en la que distintos grupos reivindicaban no solo la interpretación personalizada de la Biblia y la aceptación de Cristo como único Salvador, sino también la sanación divina y la necesidad de una fuerte vivencia experiencial que rubricara ese encuentro personal con Jesús.

Con este trasfondo religioso surgen, a principios del siglo xx, las primeras iglesias pentecostales. Muchos grupos actuales reivindican como el nacimiento del movimiento pentecostal el bautismo en el Espíritu Santo experimentado por el predicador negro William Seymour en su iglesia de la calle Azusa en Los Ángeles, en 1906.

Esta experiencia fundante revivió la escena del Pentecostés bíblico en la cual los apóstoles, bajo la influencia del Espíritu Santo, hablaron en lenguas que desconocían, El «bautismo en el Espíritu» pronto se difundió hacia otras iglesias y también hacia otras regiones: misioneros de la iglesia de la calle Azusa se dispersaron por 25 países en los siguientes dos años.

En la experiencia pentecostal de comienzos del siglo xx, las manifestaciones que evidenciaban la presencia divina en el individuo incluían la glosolalia (el hablar en lenguas extrañas) y otras experiencias como quebrantamientos, llantos o accesos de risa, sueños o visiones.

Luego estas manifestaciones variaron de acuerdo con la cultura en que se desarrolló el pentecostalismo y con las formas en que los misioneros trataban de difundirlo. Así, las curaciones milagrosas o la resolución de problemas afectivos y económicos fueron convirtiéndose en la señal de este encuentro con Jesús y, al mismo tiempo, en el objeto de la demanda religiosa.

El pentecostalismo tiene, más allá de sus diversidades, un patrón doctrinario y práctico común resumido en la afirmación «Jesús sana, salva, santifica y vuelve como rey». Jesús sana el cuerpo, salva el alma, y acerca a Dios a través de una experiencia de encuentro personal con él.

El acento en cualquiera de esos cuatro temas puede variar, pero lo principal para un pentecostal es la continua acción sanadora y salvífica de Jesús en distintos momentos de su vida personal. Esta interpretación de los hechos de la vida en clave de permanente intervención divina diferencia a pentecostales y evangélicos de otros grupos cristianos; para ellos, la posibilidad del milagro no es excepcional sino cotidiana, aun en instancias que otros grupos religiosos considerarían banales.

De ahí la insistencia, en sermones de pastores y evangelistas, en la fe en un Jesús vivo, actuante cada día en la vida de los creyentes, Aun cuando el pentecostalismo nace en eeuu, la forma pentecostal de concebir y relacionarse con el mundo espiritual está muy cerca de la religiosidad popular latinoamericana.

La posibilidad de la intervención divina en la vida cotidiana de las personas, la comunicación directa con la divinidad tanto durante los rituales como fuera de estos y la importancia de lo emotivo en esta comunicación son todos elementos presentes en la religiosidad popular que usualmente no son enfatizados –ni aprobados– por la jerarquía de la Iglesia católica.

En las iglesias pentecostales, por el contrario, esta forma de relacionarse con lo divino es potenciada y esto le imprime algunas modificaciones y ajustes al ideario propio. Características similares, aunque se hallen enmarcadas en sistemas de creencias diferentes, se encuentran en otras expresiones religiosas como la Umbanda –usualmente combatida por los pentecostales– y la Renovación Carismática Católica.

No es casual que sean estas tres variantes las que más se fueron expandiendo en Argentina y en otros países vecinos. Esta expansión aparece como la consecuencia lógica de la continuidad cultural que existe entre la religiosidad popular latinoamericana y estas religiones. El éxito de estas iglesias parece radicar en que expresan, fomentan y legitiman elementos de la religiosidad popular que no encontraban acogida en las religiones instituidas,

La persistencia de cosmovisiones encantadas y prácticas mágico-religiosas no parece ahora, como antes se creía, incompatible con la modernidad. Más que fruto de la ignorancia religiosa de los sectores populares –como sostienen las jerarquías religiosas– o de la «crisis socioeconómica», como se afirma desde algunos sectores ilustrados seculares, estas prácticas expresan supuestos culturales extendidos en vastos sectores de las sociedades latinoamericanas.

La posibilidad de recurrir a la ayuda espiritual de distinto tipo es una de las varias estrategias de resolución de problemas presentes en ámbitos populares, que puede aumentar durante épocas de crisis, pero que ciertamente no surge a partir de estas. ¿Alienación o pragmatismo? Frecuentemente se han desacreditado las creencias y prácticas pentecostales calificándolas de «alienantes».

Aunque esta línea de crítica era más frecuente hace una o dos décadas, aún forma parte del lenguaje de la sospecha con el cual se hace referencia a estos grupos religiosos. En la acepción más extrema, indica los efectos nocivos que la participación en rituales altamente emotivos podría tener sobre el individuo.

Otras connotaciones más sociológicas del término hacen referencia a que los pentecostales se «alienarían» de su grupo comunitario original y aun de la sociedad a la que pertenecen. Una tercera interpretación, en clave política, considera que detrás de este crecimiento estaría la derecha conservadora estadounidense, que intenta desmovilizar políticamente a las masas latinoamericanas en pos de la imposición de idearios neoliberales.

En cualquiera de estas tres acepciones, se (pre)supone que la pertenencia religiosa tendría consecuencias negativas para el individuo, su grupo comunitario y la sociedad. Estas críticas, incluso cuando son esgrimidas con lenguaje científico, no encuentran mayor sustento en la producción académica contemporánea.

  • La socióloga brasileña Cecilia Mariz realizó un análisis detallado del pentecostalismo como una de las estrategias de supervivencia utilizadas por las clases populares,
  • La autora señala que los líderes de las agrupaciones obtienen un sustento económico y cierto prestigio social y político.
  • Para sus miembros, estas comunidades religiosas constituyen redes de apoyo mutuo que permiten un mayor acceso a recursos materiales y se agregan a las redes sociales preexistentes sin sustituirlas.
See also:  De Que Se Trata La Fiesta Del Pentecostes?

En el plano psicosocial, la conversión al pentecostalismo transforma las actitudes individuales respecto del consumo eliminando gastos no indispensables para la subsistencia familiar y enfatizando el ahorro. Al resaltar la existencia de un plan divino en el que el creyente juega un rol protagónico, le otorga a este un sentimiento de poder que le permite enfrentar las penurias cotidianas.

  1. La adopción de las creencias pentecostales parecería ser especialmente ventajosa para las mujeres, quienes habitualmente constituyen las dos terceras partes de los devotos de esta religión.
  2. En un estudio realizado en Colombia, la antropóloga estadounidense Elizabeth Brusco señala que el pentecostalismo es uno de los pocos movimientos que tuvieron éxito en modificar las relaciones de género en la vida doméstica,

Brusco sostiene que la religión pentecostal sirve a los intereses prácticos de las mujeres, al mejorar las circunstancias materiales de la familia –el marido destina sus recursos económicos a esta– y además sirve a sus intereses estratégicos, puesto que la relación hombre-mujer no está ya regida por los valores machistas sino por los valores evangélicos.

La mujer sigue subordinada al hombre, pero ahora las aspiraciones del marido coinciden mucho más que antes con las de su esposa,El trabajo de cientistas sociales argentinos como Daniel Míguez y Pablo Semán sugiere que los creyentes pentecostales no se apartan de sus congéneres mundanos, ya que la nueva pertenencia religiosa permite crear una red social que no elimina, sino que se añade a las anteriores.

Además de contar con parientes, amigos y conocidos no creyentes, el converso se conecta a una nueva red de relaciones sociales, con lo cual mejora su acceso a la circulación de bienes y servicios necesarios para la subsistencia en condiciones precarias: ayuda laboral, cuidado de niños o ancianos, alojamiento a migrantes, acceso a viviendas e información sobre trabajos o servicios,

Sobre el rol de los recursos extranjeros en la difusión del pentecostalismo, los estudios muestran que, por el contrario, esta religión solo consiguió volverse masiva cuando se «nacionalizó». Por ejemplo, en el caso argentino, solo cuando se formaron líderes vernáculos que inauguraron iglesias locales, su desarrollo se volvió significativo, en torno de la década de 1980, con algunas figuras paradigmáticas como los pastores Carlos Annacondia y Héctor Giménez.

¿El medio es el mensaje? Generalmente se explica el crecimiento de las iglesias evangélicas en Latinoamérica por el asiduo uso de los medios de comunicación y por las masivas reuniones de evangelización que realizarían «con apoyo del exterior». Aunque es necesario emprender más estudios al respecto, la evidencia indicaría que los programas televisivos y radiofónicos no tienen el éxito que usualmente se les asigna en la función proselitista.

Los datos con que contamos señalan que, de manera consistente con los estudios sobre conversión realizados por numerosos sociólogos, para la afiliación a un nuevo grupo religioso resulta más importante la existencia de contactos interpersonales con miembros del grupo que la publicidad realizada en los medios de comunicación.

Es probable que algunas personas lleguen al grupo por la propaganda, pero su decisión de pasar a formar parte de este depende de que el individuo ya tenga amigos, parientes o conocidos que sean miembros, o de que, en su defecto, establezca relaciones afectivas con los miembros,

Por otro lado, los programas televisivos evangélicos parecen ser consumidos mayormente por un público que ya pertenece a esa fe religiosa y que asiste a una iglesia evangélica en su localidad. Es probable que también se sobreestime la importancia de la incorporación de devotos a través de la predicación en plazas y en campañas masivas de evangelización, aunque aquí cabría distinguir entre las campañas realizadas por evangelistas extranjeros como Luis Palau (aunque haya nacido en Argentina), cuya audiencia casi seguramente está compuesta por ya conversos, y las de sanación realizadas por evangelistas locales, como Omar Cabrera y Carlos Annacondia,

Las campañas realizadas por Cabrera en ciudades del interior argentino durante las décadas de 1960 y 1970 y por Annacondia en el Gran Buenos Aires durante la década de 1980 –y que continúan hasta el día de hoy– quizás sí hayan tenido algún efecto proselitista, principalmente por la resonancia ya mencionada entre las nociones pentecostales de sanación divina y los supuestos culturales de vastos sectores sociales suburbanos.

  1. Sin embargo, el grueso de las tareas de convencimiento y de mantenimiento de la cosmovisión pentecostal es realizada por los pastores en sus actividades cotidianas en las miles de iglesias, grandes, medianas, pequeñas y muy pequeñas que están esparcidas por todo el país.
  2. Nota : la versión original de este artículo fue publicada en Le Monde Diplomatique, ed.

Cono Sur Nº 121, 7/2009. : La experiencia religiosa pentecostal | Nueva Sociedad

¿Qué dice en Gálatas 3 27?

Gálatas 3 1 ¡Oh gálatas insensatos! ¿Quién os, para obedecer la verdad, a vosotros, ante cuyos ojos Jesucristo fue ya presentado claramente como crucificado? 2 Esto solo quiero saber de vosotros: ¿Recibisteis el Espíritu por las obras de la ley, o por oír con fe? 3 ¿Tan necios sois? ¿Habiendo comenzado por el Espíritu, ahora os perfeccionáis por la carne? 4 ¿Tantas cosas habéis padecido en vano?, si de veras fue en vano.

  • 5 Aquel, pues, que os da el Espíritu y hace milagros entre vosotros, ¿lo hace por las obras de la ley, o por el oír con fe?
  • 6 Como Abraham creyó a Dios y le fue contado por,
  • 7 Sabed, por tanto, que los que son de fe, estos son,
  • 8 Y la Escritura, previendo que Dios había de justificar por la fe a los, de antemano el evangelio a Abraham, diciendo: En ti serán benditas todas las,
  • 9 Así que los que son de fe son con el creyente Abraham.

10 Porque todos los que son de las obras de la ley están bajo maldición. Porque escrito está: todo aquel que no permanezca en todas las cosas que están escritas en el libro de la ley, para hacerlas.

  1. 11 Y que por la ley ninguno se justifica ante Dios, es evidente, porque: El justo por la vivirá.
  2. 12 Pero la ley no procede de la fe, sino que dice: El hombre que haga estas cosas, vivirá por ellas.
  3. 13 Cristo nos de la de la, habiéndose hecho maldición por nosotros (porque está escrito: todo el que es colgado en un madero),
  4. 14 para que en la bendición de Abraham fuese sobre los gentiles, a fin de que por la fe recibiésemos la del Espíritu.
  5. 15 Hermanos, hablo en términos humanos: Un, aunque sea de hombre, una vez confirmado, nadie lo invalida ni le añade.

16 Ahora bien, a fueron hechas las, y a su descendencia. No dice: Y a los descendientes, como si hablara de muchos, sino como de uno: Y a tu descendencia, la cual es Cristo.17 Esto, pues, digo: El previamente confirmado por Dios para con Cristo, la ley, que fue hecha años después, no lo abroga, como para invalidar la promesa.18 Porque si la es por la ley, ya no es por la promesa; pero mediante la promesa, Dios la concedió a Abraham.19, ¿de qué sirve la ley? Fue añadida a causa de las transgresiones, hasta que viniese la descendencia a quien fue hecha la promesa, ordenada aquella por medio de ángeles por mano de un mediador.20 Y el mediador no es de uno solo, pero Dios es uno.21 Entonces, ¿está la ley contra las promesas de Dios? ¡De ninguna manera! Porque si la ley dada pudiera vivificar, la justicia sería verdaderamente por la ley.22 Pero la Escritura lo encerró todo bajo, para que la promesa que es por la fe en Jesucristo fuese dada a los creyentes.

  • 23 Pero antes que viniese la fe, estábamos guardados bajo la ley, encerrados para aquella fe que iba a ser revelada.
  • 24 De manera que la fue nuestro para llevarnos a Cristo, a fin de que fuésemos por la fe.
  • 25 Pero ahora que ha venido la fe, ya no estamos bajo ayo,
  • 26 porque todos sois de Dios por la en Cristo Jesús.
  • 27 Pues todos los que habéis sido en Cristo, de Cristo estáis revestidos.
  • 28 Ya no hay judío, ni ; no hay esclavo, ni libre; no hay varón, ni mujer; porque todos vosotros sois en Cristo Jesús.
  • 29 Y si vosotros sois de Cristo, ciertamente de Abraham sois, y conforme a la promesa.

¿Qué dice en Hechos 16 31?

1 Después llegó a Derbe y a Listra; y he aquí, había allí cierto discípulo llamado a Timoteo, hijo de una mujer judía creyente, pero de padre griego.2 Y daban buen testimonio de él los hermanos que estaban en Listra y en Iconio.3 Quiso Pablo que este fuese con él; y tomándole, le a circuncidó por causa de los judíos que había en aquellos lugares, porque todos sabían que su padre era griego.4 Y cuando pasaban por las ciudades, les entregaban los a decretos que habían sido determinados por los apóstoles y los ancianos que estaban en Jerusalén, para que los observasen.5 Así que las iglesias eran a confirmadas en la fe y aumentaban en número cada día.6 Y atravesando a Frigia y la provincia de Galacia, les fue prohibido por el a Espíritu Santo hablar la palabra en Asia.7 Y cuando llegaron a Misia, intentaron ir a Bitinia; pero el Espíritu no se lo permitió.8 Entonces pasando junto a Misia, descendieron a Troas.9 Y de noche se le mostró a Pablo una a visión : Un varón macedonio estaba de pie, rogándole y diciendo: Pasa a Macedonia y ayúdanos.10 Y después que vio la visión, enseguida procuramos partir hacia Macedonia, dando por cierto que Dios nos llamaba para que les anunciásemos el evangelio.11 Zarpando, pues, de Troas, navegamos directamente a Samotracia, y el día siguiente a Neápolis; 12 y de allí a Filipos, que es la ciudad principal de esa parte de Macedonia y una colonia; y estuvimos en aquella ciudad algunos días.13 Y un día de reposo salimos fuera de la puerta, junto al río, donde se solía orar; y sentándonos, hablamos a las mujeres que se habían reunido.14 Entonces una mujer llamada Lidia, que vendía púrpura, de la ciudad de Tiatira, y que adoraba a Dios, estaba oyendo; y el Señor le abrió el corazón para que estuviese atenta a lo que Pablo decía.15 Y cuando fue bautizada, junto con su familia, nos rogó, diciendo: Si habéis juzgado que yo sea fiel al Señor, entrad en mi casa y a quedaos ; y nos persuadió.16 Y aconteció que, yendo nosotros al lugar de oración, nos salió al encuentro una muchacha que tenía espíritu de adivinación, la que daba gran ganancia a sus amos, adivinando.17 a Esta, siguiendo a Pablo y a nosotros, daba voces, diciendo: ¡Estos hombres son siervos del Dios Altísimo, quienes os anuncian el camino de salvación! 18 Y hacía esto durante muchos días, hasta que, desagradando a Pablo, este se volvió y dijo al a espíritu : ¡Te mando en el nombre de Jesucristo que salgas de ella! Y salió en aquella misma hora.19 Pero viendo sus amos que había salido la esperanza de su ganancia, prendieron a Pablo y a Silas, y los llevaron al foro, ante las autoridades; 20 los presentaron ante los magistrados y dijeron: Estos hombres, siendo judíos, alborotan nuestra ciudad 21 y enseñan costumbres que no nos es lícito recibir ni hacer, pues somos romanos.22 Entonces a se agolpó el pueblo contra ellos; y los magistrados, rasgándoles sus ropas, les mandaron azotar con varas.23 Y después que los hubieron herido con muchos azotes, los echaron en la cárcel, mandando al carcelero que los vigilase con diligencia.24 El que, al recibir este mandato, los metió en el calabozo de más adentro y les aseguró los pies en el cepo.25 Pero a a medianoche, orando Pablo y Silas, b cantaban himnos a Dios; y los que estaban presos los oían.26 Entonces sobrevino de repente un gran terremoto, de tal manera que los cimientos de la cárcel se sacudieron; y al instante todas las a puertas se abrieron, y las cadenas de todos se soltaron.27 Y al despertar el carcelero y ver abiertas las puertas de la cárcel, sacó su espada y se quería matar, pensando que los presos habían huido.28 Pero Pablo clamó a gran voz, diciendo: No te hagas ningún mal, porque todos estamos aquí.29 Él entonces, pidiendo luz, entró precipitadamente, y temblando, se postró a los pies de Pablo y de Silas; 30 y los sacó fuera y les dijo: Señores, ¿qué debo hacer para ser a salvo ? 31 Y ellos dijeron: Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo tú y tu casa.32 Y le hablaron la palabra del Señor, a él y a todos los que estaban en su casa.33 Él, tomándolos en aquella misma hora de la noche, les lavó las heridas de los azotes; y se bautizó enseguida, él y todos los suyos.34 Y llevándolos a su casa, les puso la mesa; y se regocijó de que con toda su casa había creído en Dios.35 Y cuando fue de día, los magistrados enviaron alguaciles a decir: Deja ir a esos hombres.36 Y el carcelero hizo saber estas palabras a Pablo: Los magistrados han enviado a decir que se os suelte; así que ahora salid e id en paz.37 Pero Pablo les dijo: Después de azotarnos públicamente sin ser condenados, siendo ciudadanos a romanos, nos echaron en la cárcel, ¿y ahora nos sueltan encubiertamente? No, de ninguna manera, sino vengan ellos mismos a sacarnos.38 Y los alguaciles hicieron saber a los magistrados estas palabras, los que tuvieron miedo al oír que eran romanos.39 Y viniendo, les rogaron; y sacándolos, les pidieron que saliesen de la ciudad.40 Entonces, después de salir de la cárcel, entraron en casa de Lidia; y habiendo visto a los hermanos, los consolaron y se fueron.